La IMpotencia de llamarse INfértil

Hace tiempo que me siento así ... IMPOTENTE ... 

Impotente porque no puedo hacer casi nada por mejorar la situación.

Impotente porque me he pasado los últimos años de médico en médico.

Impotente porque mi cuerpo fue incapaz de generar ovocitos maduros.

Impotente porque mis hormonas parecen normales, salvo la AMH, pero no deben serlo.

Impotente porque mi útero no es capaz de formar un pequeño nidito para mi "patito"

Impotente porque parece que invertimos en humo.

Impotente, y al borde de las lágrimas, cuando mi médico de cabecera me dice que me tiene que enviar de nuevo al ginecólogo de la seguridad social porque no me puede hacer ella las recetas que ya me ha hecho el hematólogo. Hematólogo de un seguro privado que yo me he tenido que hacer para agilizar las pruebas. 

Y allí, sentada frente a ella, mientras me hacia un volante para derivarme, y me decía que mientras tanto pagara de mi bolsillo las medicinas que necesitaba, allí me sentí impotente, porque fui incapaz de hacerle entender que ya no tengo más tiempo. Incapaz de que asimilara que ya tenía ginecóloga, que es de una clínica privada porque la seguridad social no contempla mi edad. Incapaz de que asimilara que ya tenía diagnóstico emitido por un hematólogo, de un seguro privado porque las listas de la seguridad social son eternas, que todo estaba claro, y que estoy cansada de vagar por todos los  hospitales de este país. Y casi se me saltan las lágrimas, porque tengo visitas médicas todas las semanas, pero me las tragué, me las tragué y pensé en la importancia de llamarse infértil. Y en ese momento sentí una lástima terrible, no por mi, sólo faltaba, la sentí por toda esa gente ignorante que no sabe nada acerca de la infertilidad, y que seguramente atendiendo a órdenes del ministerio o del estado te marean como una peonza para ahorrar unos céntimos ... 

Así que SÍ, SOY INFÉRTIL, y hago todo lo que está en mi mano para encontrar un resquicio por el cual traer al mundo a un bebé, sólo pido que no añadan impotencia a la mia propia y que, en la medida de lo posible, dejen de poner obstáculos que no deberían estar.

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